La ansiedad puede intensificarse en fin de año, y la línea 155 ofrece atención gratuita, confidencial y disponible las 24 horas para quienes necesiten ayuda


Durante las fiestas de fin de año, muchas personas experimentan sentimientos encontrados. Mientras para algunos es un tiempo de celebración, encuentros y alegría, para otros puede convertirse en un periodo difícil, marcado por la ansiedad, la tristeza, la soledad o el estrés emocional. Las expectativas sociales, los recuerdos dolorosos, las pérdidas recientes o los problemas económicos suelen intensificarse en estas fechas, generando un impacto silencioso en la salud mental.


La ansiedad durante las fiestas puede manifestarse de distintas formas: preocupación constante, dificultad para dormir, sensación de ahogo, irritabilidad, cansancio extremo o una profunda angustia que cuesta expresar. Muchas veces, quienes la padecen sienten que deben ocultar lo que les ocurre, creyendo que no es el momento adecuado para hablar de sus emociones o que “deberían estar bien” porque es Navidad o Año Nuevo.


Sin embargo, es importante recordar que cuidar la salud mental es tan necesario como atender la salud física. Reconocer lo que uno siente y pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía y autocuidado. Nadie tiene que atravesar estos momentos en soledad.


En este contexto, el servicio de atención telefónica 155 se presenta como una herramienta fundamental de apoyo. Esta línea está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y ofrece atención gratuita a personas que atraviesan situaciones de ansiedad, angustia, crisis emocionales o pensamientos que generan malestar. Del otro lado del teléfono hay profesionales capacitados, dispuestos a escuchar, orientar y acompañar con respeto y confidencialidad.


Llamar al 155 puede ser el primer paso para aliviar una carga emocional, encontrar contención y recibir orientación adecuada. No importa la hora ni el motivo, siempre habrá alguien dispuesto a escuchar.


Durante estas fiestas, es fundamental mirarnos con más empatía y también estar atentos a quienes nos rodean. Un llamado, una palabra o un gesto pueden marcar la diferencia. Si vos o alguien cercano está pasando por un momento difícil, recordá: no estás solo ni sola, y la ayuda está al alcance de una llamada.