Científicos de la Universidad de Australia del Sur comprobaron que también aumenta las probabilidades de tener hipertensión, entre otras patologías.


La vitamina D es importante para que el organismo absorba los nutrientes, como el calcio, de manera adecuada. La fuente natural de vitamina D para el ser humano es su síntesis en la piel por exposición a la radiación ultravioleta del sol. ¿Pero qué ocurre cuando por falta de tiempo o espacio no podemos exponernos a la luz solar? Se producen dolores musculares, los huesos se debilitan, el ánimo afloja. Prolongado en el tiempo, no recibir la acción de los rayos solares puede ser peligroso para el cuerpo.

Ahora, científicos de la Universidad de Australia del Sur comprobaron que la deficiencia de vitamina D duplica el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Además, aumenta las probabilidades de tener hipertensión en comparación con quienes tienen niveles normales.

Para llegar a esas conclusiones, los investigadores analizaron a 270 mil personas y concluyeron que aumentar el nivel de vitamina D en aquellos con deficiencia podría haber evitado un 5% de los casos de enfermedad cardiovascular. 

Elina Hyppönen, autora del estudio, dijo: “Nuestros resultados son emocionantes, ya que sugieren que si podemos elevar los niveles de vitamina D dentro de las normas, también deberíamos reducir las tasas de enfermedad cardiovascular”.

Los investigadores también concluyeron que la falta o carencia de vitamina D puede predisponer a sufrir hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca congestiva e inflamación crónica de los vasos sanguíneos. Además, puede alterar los niveles de hormonas como la insulina, aumentando el riesgo de diabetes.

Alimentos que proporcionan vitamina D

Además de la leche tradicional, una buena opción para llegar a la ingesta mínima de vitamina D por día son los huevos y los pescados como el salmón rosado, el atún o las sardinas. Por otra parte, si alguien prefiere no consumir leche vacuna, las leches de soja suelen venir reforzadas con esta vitamina para no generar deficiencias.

“El pescado azul, los huevos y alimentos y bebidas fortificados nos aportan vitamina D, pero en realidad son una fuente pobre. Incluso una dieta saludable puede ser deficitaria en vitamina”, advirtió Hyppönen.

De acuerdo con el especialista, la vitamina D tiene 81 funciones, entre ellas prevenir 15 tipos de cáncer distintos, evitar que los virus y las bacterias ingresen al cuerpo, que no se tenga pérdida de la densidad ósea y muscular y alejar la depresión y la hipertensión.

Por eso, y ante la deficiencia de vitamina D, los médicos pueden recetar suplementos. Algunos son para ingerir en gotas en forma diaria o semanal. También hay dosis mayores en cápsulas o en solución líquida, que se indican una vez por mes, bimestral o trimestralmente. Se encuentra además en multivitamínicos y en presentaciones asociadas al calcio.

También se aconseja tomar aunque sea diez minutos de sol por día (quienes tienen pieles muy claras) y 20 quienes poseen una dermis más oscura.

“El riesgo de deficiencia de vitamina D aumenta cuando hay poca exposición a la radiación UV, altas latitudes, climas rigurosos, en otoño e invierno, en las ciudades con contaminación y, por supuesto, la reclusión en los hogares, como ocurrió en esta cuarentena”, explicó la doctora Beatriz Oliveri (M.N. 55.648), osteóloga y especialista en Osteoporosis. “Un grupo de riesgo especial son los adultos mayores, cuya capacidad de síntesis es casi un 70% menor que la de una persona joven”, advirtió.

Fuente: TN