La labor desinteresada de los Hombres Valientes del Rosario en el Hospital Regional de Encarnación es un claro ejemplo de solidaridad y compromiso con la comunidad.


Durante estos siete años, su dedicación al servicio de los pacientes y sus familias ha trascendido más allá de simplemente proporcionar un desayuno nutritivo. No solo alimentan el cuerpo con ese delicioso cocido con leche y galleta cuartel, sino que también alimentan el espíritu al ofrecer apoyo emocional y oración.

El testimonio del señor Enrique González resalta el impacto positivo que han tenido en el hospital. La puntualidad y la constancia de su presencia, sin importar las inclemencias del tiempo, han creado un lazo de confianza y esperanza entre ellos y los pacientes, quienes ya los esperan con ansias cada domingo.

Esta iniciativa no solo cumple con una necesidad básica de alimentación, sino que también fomenta un sentido de comunidad y apoyo mutuo en momentos difíciles. La invitación a que otros ciudadanos se sumen a esta causa es un llamado a la acción, para que más personas se inspiren y contribuyan al bienestar de quienes atraviesan momentos complicados.

La historia de los Hombres Valientes del Rosario es un recordatorio poderoso de que pequeñas acciones pueden generar un gran impacto en la vida de los demás, y que la solidaridad y la fe pueden iluminar incluso los días más oscuros.