La última etapa del Rally Mundial transformó la ciudad en una fiesta popular y en un inesperado motor económico para cientos de familias
- 01/09/2025
- Por Edicion Prensa
La ciudad de Trinidad se convirtió este fin de semana en uno de los epicentros más vibrantes del World Rally Championship (WRC), cuando el último tramo de la competencia internacional pasó por sus caminos y capturó la atención de miles de fanáticos. Pero más allá del rugido de los motores, lo que destacó fue la creatividad y la organización espontánea de los propios vecinos, que vieron en el evento una oportunidad única para emprender.
Familias enteras montaron stands de comida casera, ofrecieron bebidas frías, instalaron baños portátiles, habilitaron espacios para estacionamiento en sus patios e incluso vendieron recuerdos y artículos típicos. La ciudad, normalmente tranquila, se transformó por completo: hubo música, banderas, niños vendiendo agua y adultos sirviendo platos típicos bajo carpas improvisadas.
“Fue como una feria gigante, pero nacida del entusiasmo de la gente”, expresó una vecina. “Lo hicimos por iniciativa propia y todo funcionó muy bien”.
Los comerciantes no fueron los únicos beneficiados: también muchos hogares generaron ingresos extras gracias a los servicios que brindaron de forma informal. Esto llevó a varios a considerar la fecha como un verdadero “pulmón económico” para la zona, en un contexto donde toda entrada adicional es bienvenida.
Autoridades locales destacaron la importancia de seguir acompañando estos eventos internacionales, no solo por su impacto deportivo y turístico, sino también por la dinámica social y económica que generan en las comunidades anfitrionas.
El paso del WRC por Trinidad dejó huella, no solo en los caminos, sino en la memoria y el bolsillo de su gente.