Hipólito Flores González (62) fue capturado la mañana de este jueves en el distrito de Trinidad en un operativo realizado por el Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional.


Un hombre en estado de rebeldía fue capturado la mañana de este jueves 10 de abril por agentes del Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional, en cuyo poder fueron incautadas armas de fuego. El procedimiento se realizó en una vivienda de la Calle G del distrito de Santísima Trinidad, en el departamento de Itapúa, a cargo de la agente fiscal de la Unidad Penal N.º 9, Zulma Britos.


El detenido fue identificado como Hipólito Flores González (62), quien posee una condena de 7 años de pena privativa de libertad por coacción, abuso sexual y violación sistemática a una niña desde los seis años de edad. En su poder fue incautada una escopeta de la marca Maverick, calibre .12 mm, con cuatro cartuchos vivos sin percutir; una escopeta calibre .18 mm, de fabricación casera, que contenía un cartucho vivo sin percutir; y un aparato celular.


Condenado fugado 

Un hombre condenado a siete años de prisión por abuso sexual y violación sistemática de una menor de edad en la localidad itapuense de Capitán Miranda escapó de su arresto domiciliario poco después de conocer la sentencia emitida vía telemática por el tribunal que lo juzgó en mayo de 2021.


El Tribunal que sentenció la pena, integrado por los jueces Diana Arana (presidente), Eva Silva y Karina Ruiz Díaz, halló culpable al acusado de coacción sexual y violación sistemática a una niña desde los seis años de edad. La víctima sufrió la agresión durante varios años hasta que, luego de cumplir 15 años, se animó a realizar la denuncia. El proceso judicial se desarrolló con la presencia virtual del acusado como parte de las medidas de prevención contra la pandemia del COVID-19. 


Flores González siguió el juicio vía telefónica desde su prisión domiciliaria y por intermedio de su defensora, quien asistía a la sala de juicios orales. Cuando los agentes policiales se presentaron en el domicilio del condenado, ubicado en la compañía Cerrito de Capitán Miranda, distante diez kilómetros al este de Encarnación, la capital departamental, para hacer efectiva la orden del Juzgado de trasladarlo hasta la cárcel regional de Cereso, ya no lo encontraron.