La moneda norteamericana sigue retrocediendo ante una estabilización del mercado; sin embargo, la devaluación del peso continúa representando un riesgo.


El tipo de cambio en el país viene retrocediendo desde el mes anterior y recupera su nivel de estabilidad adoptada desde el inicio del segundo semestre. En el inicio del último mes del año, se observa un dólar a G. 7.410, 80 puntos por debajo del pico máximo alcanzando en octubre.


Las principales pizarras de cambio se muestran menos presionadas al inicio de diciembre, debido a la desaceleración que experimentó el tipo de cambio durante las últimas semanas y que permitió contar actualmente con un dólar a G. 7.410. El nivel observado en el mercado de efectivo refleja un retroceso de 80 puntos en relación a octubre cuando alcanzó el pico máximo.


Si bien todavía se mantiene bastante elevada, el tipo de cambio se encamina al nivel de estabilidad del segundo semestre cuando se ubicaba en niveles de G. 7.290 antes la mayor presión del año observada en el décimo mes. Durante ese periodo, la mayor demanda del billete había provocado el aumento, marcando un nuevo récord del año con G. 7.500.


Hay que mencionar que si bien se registra una baja importante frente al pico más alto, el tipo de cambio sigue manteniéndose en niveles bastante elevados pese a que desde el Banco Central del Paraguay (BCP) se estén realizando operaciones compensatorias que básicamente están logrando retener los aumentos.


El guaraní ya alcanzó una depreciación de 2,7 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, logrando una devaluación acumulada de 0,6 % a largo del 2023. Durante este periodo, el BCP inyectó al sistema financiero unos USD 756 millones, monto 7,3 % menor a lo acumulado en el mismo periodo del 2022.


Los analistas mencionan que pese a la menor necesidad del dólar en el sector importador y a las menores presiones sobre la tasa de referencia en los Estados Unidos, la devaluación del peso sigue incidiendo en la demanda de esta divisa teniendo en cuenta la venida de los argentinos para realizar sus operaciones cambiarias al país.


FUENTE: LA NACIÓN