Laurys Dyva desató la reacción de los internautas, tras imitar a Miley Cyrus.


La modelo e influencer Laurys Dyva sorprendió a su fandom con un par de fotografías imitando la portada del último álbum de Miley Cyrus. La abogada posó colgada de una barra al estilo de “Endless Summer Vacation”, título del disco de la exchica Disney. Esta inspiración la modelo pynandi la empleó para enfrentar a sus detractores.

La diva de internet publicó las fotografías imitando a Cyrus este jueves último. Las instantáneas se compartieron bajo el mensaje: “Si van a colgarse de Laurys Dyva háganlo de manera iconic”. Los fanáticos alegaron que esta indirecta sería para los supuestos querellados por Laurys Dyva, quienes serían Toñito Gaona o Fredy Vera, más conocido como El Churero.

La modelo días pasados se mostró en un estudio jurídico, en dicha reunión, supuestamente, denunció a varias personalidades de la farándula paraguaya, quienes opinaron sobre sus obras sociales. “Vivimos en un país democrático donde gozamos de libertad de expresión, pero hay que saber que tus derechos llegan hasta donde empiezan los míos. Todos nuestros dichos y actos tienen consecuencias legales”, advirtió Laurys Dyva. Este sería el motivo detrás de su última foto.


Reacciones

Más allá de las especulaciones, los seguidores de Dyva compartieron memes de ella, colgándose de la barra, pero de los colectivos. Los fotomontajes, las publicó ella vía historias de Instagram, las fotografías las compartió con el escrito: “En bus, pero iconic”. Además de los memes, fueron múltiples las reacciones en línea al ver la versión local de la portada de “Endless Summer Vacation”.


“Un buen outfit para ir al concierto de bronco”, “un albañil falta al trabajo hoy. Los demás: no sabés lo que pasó hoy”, “El arqui: porque la obra tarda tanto, los albañiles full mirando”, “Dios mío, un límite”, “Los albañiles: Ña Laurys aipurusema la che varilla”, “No merecemos a la Miley Cyrus de Paraguay”, “Las señoras de los albañiles preocupadas después de ver estas fotos”, escribieron.






Fuente: LA NACIÓN