Héctor Aguilera, un maratonista que casi pierde la vida en una competencia en la capital del departamento, tiene una historia que parece sacada de un milagro. Mientras participaba en una maratón, Aguilera sufrió una descompensación severa debido a un Infarto agudo de miocardio, lo que lo dejó al borde de la muerte.

Sin embargo, el destino le tenía preparada una segunda oportunidad. Justo detrás de él, corría un médico que, al percatarse de la situación, inmediatamente le brindó los primeros auxilios y comenzó una reanimación que permitió estabilizarlo temporalmente. Pero el milagro no terminó ahí. En la ambulancia, Aguilera sufrió otra descompensación, y nuevamente la suerte estuvo de su lado. Esta vez, fue un profesional bioquímico quien, con su intervención experta, logró mantenerlo con vida hasta llegar al Hospital Regional de Encarnación.

Al ingresar al hospital, el equipo médico actuó rápidamente, introduciéndolo en la sala de reanimación. En los últimos minutos del protocolo, cuando parecía que todo estaba perdido, los médicos lograron recuperar su pulso. Aguilera, conmovido, expresó a nuestro medio que fue un verdadero milagro y que los "ángeles" estuvieron a su lado durante todo el proceso, ayudado por la intervención de Dios.

"Yo volví de la muerte a la vida, llegué a no tener pulso, y Dios quiso que me quede", dijo emocionado el atleta, quien ahora tiene una nueva oportunidad para seguir adelante. Sin lugar a dudas, su historia es un testimonio de esperanza y de la fuerza de la vida.