A 50 años del fenómeno climático inusual, la periodista y escritora Zunilda Báez Arzamendia recordó el día en que cayó agua-nieve en la capital de Itapúa


La reconocida periodista y escritora encarnacena Zunilda Báez Arzamendia compartió en sus redes sociales un emotivo recuerdo sobre un hecho tan insólito como memorable: la caída de agua-nieve en Encarnación el 18 de julio de 1975, un fenómeno que, medio siglo después, sigue siendo único en la historia climática de la ciudad.

"Yo tenía 15 años. Eran vacaciones de invierno y jugábamos al 'pega-pega' en la esquina de la casa de Titi, en Aquidabán y Piché Domínguez, frente al Parque La Esmeralda", relató. Pese a la temporada, recuerda que no sentían tanto frío, quizás por la juventud o por la falta de abrigo.

Aquella mañana encapotada por el clásico "araî hû" –el cielo nublado con nubes negras y viento sur calmo–, el juego infantil se detuvo cuando comenzaron a sentir una extraña precipitación. "Caía algo blanco, más espeso que el agua, pero no se acumulaba. No mojaba. No era nieve, pero tampoco era lluvia común", explicó.

El fenómeno fue identificado como agua-nieve, y si bien no permitió hacer muñecos ni dejó huellas visibles en el suelo, quedó grabado en la memoria de quienes lo vivieron.

“Como experiencia, valió”, concluye Zunilda, que con este testimonio revive una postal única de la historia encarnacena, justo cuando se cumplen 50 años de aquella insólita jornada invernal.