La Feria Municipal de Encarnación vivió un notable cambio de ambiente entre el Miércoles y el Jueves Santo, afectando directamente al movimiento comercial y a las expectativas de los feriantes.


Durante el Miércoles Santo, “La Placita” se llenó de compradores desde tempranas horas. La gran concurrencia fue celebrada por los comerciantes, quienes aprovecharon el alto flujo de clientes para ofrecer sus productos y lograr buenas ventas. Verduras frescas, frutas, carnes, panificados y artículos religiosos fueron algunos de los productos más solicitados por las familias encarnacenas que se preparaban para las tradicionales actividades de Semana Santa.


Sin embargo, el entusiasmo del miércoles contrastó con un ambiente mucho más tranquilo el Jueves Santo. Ese día, la feria presentó una circulación visiblemente menor de personas y varios negocios optaron por no abrir sus puertas. Algunos vendedores, que mantenían sus puestos habilitados, manifestaron su sorpresa por la baja concurrencia, aunque comprendieron que se trata de una jornada más espiritual y familiar para muchas personas.


Comerciantes consultados expresaron su satisfacción por las ventas del miércoles, aunque admitieron que esperaban un poco más de movimiento el jueves. A pesar de ello, se mostraron optimistas y destacaron la importancia de mantener la feria abierta, aunque sea con menos presencia de clientes.


La Placita sigue siendo un espacio emblemático para los encarnacenos, no solo como punto de compra, sino también como un símbolo de la identidad local. A lo largo de los años, este lugar ha resistido altibajos económicos, temporales y desafíos como la pandemia, manteniéndose como un punto de encuentro para quienes valoran el comercio directo y las tradiciones.


El contraste vivido esta Semana Santa refleja una vez más cómo las fechas religiosas influyen directamente en la dinámica comercial y social de la ciudad.