La ciudad de Encarnación vivió una jornada de profunda espiritualidad al celebrar el Domingo de Ramos, dando inicio a la Semana Santa. Cientos de fieles, tanto residentes como visitantes, se congregaron en las distintas parroquias para recordar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, en una ceremonia cargada de simbolismo y devoción.

Desde tempranas horas, iglesias como la Catedral y otras parroquias reconocidas de la ciudad se llenaron de feligreses que llegaron con ramos en mano. El ambiente se impregnó de oraciones, cánticos y el aroma de las palmas frescas, mientras los sacerdotes bendecían los ramos en actos litúrgicos que unieron a la comunidad en una misma fe.

Durante las celebraciones, se recordó la humildad de Cristo y el mensaje de esperanza que representa su ingreso a Jerusalén. Para muchos encarnacenos, este día marca un momento especial de reflexión, preparación espiritual y renovación interior.

El Domingo de Ramos no solo es una de las fechas más significativas del calendario litúrgico cristiano, sino también un símbolo de unidad para los creyentes que se reúnen para revivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Con este acto, se abre una semana colmada de actividades religiosas, que incluyen procesiones, misas y momentos de recogimiento, donde la fe se manifiesta con especial intensidad en cada rincón de la ciudad.

Encarnación se prepara así para vivir una Semana Santa marcada por la tradición, la fe y el compromiso de su gente con los valores cristianos que forman parte del corazón de su identidad cultural.