Desde hace 27 años, Doña Alejandra y su familia se dedican a crear un pesebre navideño que ha sido un punto de encuentro para la comunidad del barrio Fátima de Encarnación.


La Navidad se vive con gran devoción en el hogar de Doña Alejandra Benítez y su familia, quienes, en su casa han hecho del pesebre un símbolo de fe y tradición. 

Alejandra, comerciante y madre de Juliana, Luis y Katerin, junto a su esposo Abelino Benítez, dedican su tiempo y cariño a construir un pesebre que, año tras año, se destaca por su belleza y por el profundo significado que tiene para su familia.

Desde hace 27 años, Doña Alejandra ha creado de manera ininterrumpida este pesebre, un acto que tiene un valor especial para ella, ya que considera al Niño Jesús como un verdadero milagro en su vida. "Es una tradición que nos llena de esperanza y amor, y un homenaje al Niño Dios", comenta.

El pesebre, que incluye figuras de barro, guirnaldas, luces y frutas, ha ido evolucionando con el paso del tiempo, siendo cada año más detallado y hermoso. 

Lo que comenzó como una tradición familiar, ha trascendido fronteras, y hoy en día, vecinos del barrio y personas de otros puntos de Encarnación visitan la casa de los Benítez para orar o llevar alguna ofrenda al Niño Jesús, cuya imagen Doña Alejandra compró hace más de 50 años en el Mercado 4 de Asunción.

A través de este gesto, la familia Benítez busca contagiar el espíritu navideño y fomentar la reflexión y el reencuentro familiar en esta época especial del año.