Interpol anunció este lunes el arresto de 37 presuntos terroristas del Dáesh, Al Shabaab y otros grupos islámicos radicales en una operación en África Oriental durante los pasados meses de noviembre y diciembre.


La organización policial internacional, que coordinó esta operación junto con Afripol, precisó en un comunicado que la acción se llevó a cabo en ocho países de esa región para reforzar los controles fronterizos e identificar a sospechosos de delitos relacionados con el terrorismo.


Participaron, en concreto, las autoridades de Kenia, República Democrática del Congo, Tanzania, Yibuti, Mozambique, Somalia, Sudáfrica y Uganda.


Cada país elaboró en los meses previos un plan específico con objetivos nacionales en materia de lucha antiterrorista, incluidos nombres y localizaciones de terroristas en busca y captura. Eso facilitó la cooperación conjunta para, por ejemplo, la captura de un terrorista del Estado Islámico de Mozambique asentado en Tanzania.


En Kenia, la policía detuvo a 17 personas, entre los que figuran dos supuestos miembros del Dáesh, varios terroristas de otros países y personas implicadas en la financiación, la propaganda y la radicalización.


Las fuerzas de seguridad de la República Democrática del Congo arrestaron a cuatro presuntos miembros del grupo rebelde islámico FDA y a dos colaboradores, además de incautar y destruir un misil y un proyectil antitanque.


En Somalia, fueron detenidas tres personas, incluido un sospechoso de elaborar una bomba para Al-Shabaab y otro acusado de haber atacado un control policial con una granada de mano.


Problemas socioeconómicos

La inestabilidad política, los problemas socioeconómicos y la porosidad de las fronteras conduce, según el director ejecutivo interino de Servicios Policiales de Interpol, Cyril Gout, a un “entorno propicio” para la expansión de la actividad terrorista.


Por ello, el control coordinado de las fronteras es para la agencia policial internacional una defensa clave para la lucha antiterrorista.


Sus servicios proporcionan a los funcionarios de los puestos fronterizos bases de datos con información de unos 135.000 terroristas y millones de registros de documentos de viaje perdidos y robados.


Fuente: EFE.