Un grupo de ciclistas paraguayos, connacionales provenientes de distintos puntos del departamento de Itapúa y otras regiones del país, emprendió una travesía que va desde Buenos Aires hasta Caacupé, con un solo combustible: la fe.

A las 19:00 horas aproximadamente de este jueves, tras recorrer cientos de kilómetros sobre sus bicicletas, el pelotón ingresó a territorio nacional a través del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que une Encarnación con Posadas. El momento fue breve, pero cargado de emoción: cada pedalada acumulada desde Argentina cobraba sentido al volver a la patria, camino a la Capital Espiritual del Paraguay.

La peregrinación, que se repite año tras año, agrupa a compatriotas que comparten más que el amor por el ciclismo: portan banderas, rosarios y una firme promesa a la Virgen de Caacupé, hacia cuya casa avanzan con ritmo constante, soportando cansancio, clima imprevisible y largas rutas.

Se espera que arriben en los próximos días al santuario mariano, donde miles de fieles aguardan la gran celebración del 8 de diciembre. Esta vez, sin embargo, ellos no solo llegarán a la fiesta de la fe: ya son parte de ella desde el primer giro de rueda.

Desde Itapúa, el país y los caminos del continente, el mensaje es uno solo: lo que mueve la fe, también lo empuja el pedal.