La Dirección de Policía de Itapúa elude pronunciarse sobre el hallazgo de artefactos explosivos y las amenazas recibidas por un funcionario del CERESO, lo que genera inquietud en la comunidad.


La comunidad de Cambyreta se encuentra en estado de inquietud ante la falta de información oficial sobre las graves amenazas con explosivos dirigidas a un guardiacárcel del Centro de Rehabilitación Social (CERESO). La situación ha suscitado preocupación entre los vecinos, especialmente tras la escasa respuesta de las autoridades.


El Oficial Osmar González, jefe de la Comisaría 115 del barrio Arroyo Porá, se ha mostrado reacio a ofrecer declaraciones sobre el alarmante caso que involucra a Toribio de Jesuscardozo Britez, un agente penitenciario de 49 años. El funcionario presentó una denuncia el pasado 3 de agosto, tras el hallazgo de artefactos explosivos caseros en su residencia, lo cual destaca la gravedad del asunto.


De acuerdo con la denuncia, a la 00:45 horas del 3 de agosto, individuos desconocidos dejaron un artefacto explosivo en el predio de Britez. Aunque el dispositivo se activó, afortunadamente no ocasionó daños significativos. Sin embargo, el agente encontró una nota amenazante que decía: “DEJA DE OPRIMIR, ESTO ES SOLO UNA MUESTRA, LA PRÓXIMA YA NO VAS A CONTAR F: BRAVO DO MAL”. Una segunda amenaza fue descubierta el 9 de agosto, esta vez con otro artefacto localizado cerca de su garaje, que reiteraba el mensaje de advertencia.


En ese entonces, la respuesta de la Fuerza de Operaciones Especiales (GEO) fue inmediata. Especialistas en explosivos, liderados por el Oficial Inspector Pas P.S. Blas Alvarez y el Oficial Inspector P.S. Javier Noguera, desactivaron el artefacto encontrado. Este consistía en un tubo de PVC de aproximadamente 23 cm de longitud, con una cápsula detonante que se presume contenía dinamita en gel.


La renuencia de la policía a comunicar información clara ha generado temor entre los ciudadanos de Cambyreta. La comunidad se encuentra con la incertidumbre de un hecho tan preocupante y su posible impacto en la seguridad local. Los vecinos, familiares y amigos del guardiacárcel esperan respuestas concretas de las autoridades, quienes, ante la gravedad de la situación, deberían proporcionar información detallada que permita a la población sentirse más segura y protegida.


Este escenario pone en relieve la necesidad urgente de una comunicación efectiva entre la policía y la ciudadanía, especialmente en situaciones que atentan contra la seguridad pública. La cooperación y la transparencia son fundamentales para restablecer la confianza de la comunidad en sus instituciones de seguridad.