Modesto Aguilera, el capataz de los hermanos orientales cobardemente asesinados por delincuentes, ofreció un relato estremecedor de lo ocurrido.


Según Aguilera, mientras regresaba de la cancha con su familia, recibió una llamada de uno de los hermanos pidiendo ayuda al revelar que intrusos habían ingresado a la vivienda.


Dejando a sus hijas con un amigo, Aguilera y su esposa llegaron al lugar para encontrarse con las puertas cerradas herméticamente. Llamaron a la policía, quienes pronto forzaron una puerta para descubrir a Tsutae y Takemi Sagawa ya sin vida en el interior.


Aguilera repudió enérgicamente la crueldad de los delincuentes, quienes no mostraron piedad ante la discapacidad visual y el trastorno psiquiátrico de los hermanos.


La fiscalía investiga este devastador suceso que ha conmocionado a los habitantes de Pirapó, exigiendo respuestas rápidas.