La epilepsia es un trastorno cerebral que se caracteriza por convulsiones repetidas, las cuales son episodios de actividad neuronal descontrolada y anormal que pueden provocar cambios en la atención o el comportamiento, como movimientos corporales.

Causas:

La epilepsia puede originarse por diversos factores, como cambios en el tejido cerebral que lo vuelven hiperexcitable, lesiones cerebrales traumáticas, infecciones, tumores cerebrales, entre otros. Las convulsiones epilépticas pueden presentarse a cualquier edad, siendo más comunes en niños pequeños y adultos mayores.

Síntomas:

Los síntomas varían entre las personas, desde simples episodios de ausencias hasta convulsiones con temblores violentos y pérdida de conciencia. Algunas personas experimentan sensaciones extrañas antes de las convulsiones, conocidas como aura.

Pruebas y exámenes:

Para diagnosticar la epilepsia, se realizan pruebas como el electroencefalograma (EEG) y estudios de imagen cerebral, como la tomografía computarizada o resonancia magnética. Estos exámenes ayudan a identificar la actividad eléctrica anormal en el cerebro y la posible causa de las convulsiones.

Tratamiento:

El tratamiento de la epilepsia incluye el uso de medicamentos anticonvulsivos, cambios en el estilo de vida y en casos resistentes, cirugía para extirpar células cerebrales anormales o colocar un estimulador del nervio vago. Es fundamental seguir las indicaciones médicas y realizar controles regulares.

Rivas mencionó que la epilepsia puede ser una condición de por vida para algunas personas, aunque en ciertos casos, se logra reducir o suspender los medicamentos anticonvulsivos. Es importante mantener un seguimiento médico adecuado y adoptar medidas preventivas para reducir el riesgo de complicaciones asociadas a esta enfermedad neurológica.